Degüello y embotellado

En el «corazón» de una botella Maschio dei Cavalieri encontramos miles de burbujas finas y ligeras, gracias a técnicas de producción y degüello meticulosos y cuidadosos. En nuestras bodegas, los espumantes no se crean con la clásica fermentación doble: para nosotros, Maschio dei Cavalieri, ¡llega una sola! De hecho, está vigente una regla férrea: trabajar mostos y no vinos, porque solamente así es posible mantener intactas la frescura y la fragancia del zumo de la uva. Es cómplice el frío, nuestro gran aliado, ya que limpia los mostos, refrigerándolos e, inmediatamente, almacenándolos a temperatura controlada. Nuestros enólogos tienen a disposición, durante la fase de elaboración del espumante, una base con un grandísimo valor organoléptico. Aquí empieza la vida del espumante que, cuando está listo, pasa a la fase sucesiva, la del embotellado. Esto, para nosotros hombres y mujeres del vino, representa un momento fundamental y delicado. De hecho, utilizamos llenadoras especiales, llamadas «isobáricas», que permiten efectuar el llenado de las botellas en un ambiente perfectamente estéril en el que el producto no entra en contacto con el aire. De este modo, nuestro Prosecco y nuestros espumantes preservan en la botella todas las características de frescura y fragancia que se han custodiado con la máxima atención hasta esta fase.